La solicitud y la instancia

¿Estás en desacuerdo con lo que te ha cobrado tu compañía de móvil en la última factura? ¿Quizás necesitas un duplicado de un título académico? ¿O tal vez te gustaría que tu ayuntamiento creara una nueva línea de autobuses que pasara por tu barrio? En cualquiera de esos supuestos, te va a ser necesario familiarizarte con un tipo de documento que se denomina solicitud.


La solicitud es un escrito formal que nos sirve para ponernos en contacto con una empresa o con un organismo de la administración pública; si la solicitud va dirigida a la administración, suele llamarse instancia. La solicitud o la instancia sirven para múltiples propósitos:
  • pedir información
  • solicitar un permiso
  • dar de baja un contrato
  • solicitar documentación
  • poner una denuncia
  • hacer una reclamación
  • presentar la candidatura a un puesto de trabajo, etc.

Las solicitudes dirigidas a la administración tienen una estructura más rígida, que consta de estos elementos fijos:
  1. Encabezamiento, donde figuran los datos personales del solicitante (nombre, apellidos, DNI, dirección, teléfono, email...).
  2. Cuerpo, donde se formula la solicitud propiamente dicha y se exponen los motivos que la sustentan. Es de carácter muy formular y se articula siempre en dos partes: EXPONE (circunstancias o hechos que motivan la petición) y SOLICITA (petición en sí).
  3. Cierre, que contiene la fecha, la firma del solicitante y el nombre de la persona u organismo a los que va dirigida la solicitud.
En muchos casos, las empresas o la administración ofrecen impresos de solicitud o instancia que no hace falta más que rellenar con unos pocos datos. Si no contamos con un impreso, habremos de ser nosotros mismos quienes redactemos todo el texto. 

No olvidéis que, convencionalmente, las solicitudes o instancias se redactan en 3ª persona. Para mí es una convención un tanto absurda que a veces plantea problemas de perspectiva, pero así es este género textual...




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